Con 25 años, Víctoria Trapp, aspira a ser consejera constitucional, representando a su Región de Magallanes y Antártica Chilena, circunscripción 15. Militante de la Democracia Cristiana (DC) busca resguardar en la nueva Constitución derechos sociales fundamentales, tales como salud y educación.
Conversamos En La Fontana con la abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con especialidad en Derecho Público.
Actualmente, está cursando un Máster en filosofía jurídica y política contemporánea.
-¿Por qué va por la DC y no otro partido?
-Bueno, además de porque soy militante activa, voy porque creo profundamente en el humanismo cristiano y el comunitarismo.
-¿Se coordinará con los expertos DC: Paz Anastasiadis, Tomás Jordán y Alejandra Krauss?
-Por supuesto, porque este trabajo es conjunto y su labor es clave para el posterior trabajo del Consejo Constitucional.
-¿Qué la motivó presentarse a esta candidatura?
-La necesidad de hacer las cosas bien y la convicción de que es necesario una nueva constitución. Teniendo en cuenta que ya existió un proceso previo, que dejó mucha desilusión en la ciudadanía y que el Consejo Constitucional sólo tendrá 5 meses para tener lista la propuesta, se necesita de alguien que conozca de temas constitucionales y no llegue a improvisar, ocupando eficazmente ese tiempo en redactar la mejor constitución posible. Por otro lado, el diálogo es clave, y espero colaborar a un buen clima político en el debate constitucional, algo que creo faltó en el proceso previo.
-¿Qué derechos fundamentales quiere defender en esta nueva constitución?
-Respecto a derechos y libertades individuales, mantendría el catálogo que tenemos actualmente, quizás con una que otra modificación. Estos representan nuestra tradición constitucional y son propios de un estado democrático.
En lo que respecta a derechos sociales, reformularía su consagración para robustecerlos, sobre todo, en salud, educación y seguridad social. Esto último iría de la mano con el Estado Social y Democrático de Derecho.
Junto con ello, agregaría derechos relacionados a los desafíos que vivimos actualmente como humanidad:(1) avance de la tecnología (2) vivienda y ciudad justa y (3) crisis climática. Esto último, dirigido esencialmente a la protección de la dignidad de la persona y las comunidades.
"Tenemos que tener claro que la constitución es el marco de todo el sistema jurídico y político, y por lo mismo, no todo tema es constitucional", dijo Trapp En La Fontana.
-¿La nueva constitución no será maximalista como la anterior, en el primer proceso constituyente?
-A mí parecer, esta será una propuesta minimalista. En el proceso previo vimos una innovación excesiva e innecesaria, lo que necesitamos hoy en día es dar respuesta a los problemas que tenemos como país, lo cual puede concretarse a través cambios puntuales, pero sumamente significativos (como el modelo de Estado), de la mano de la tradición constitucional. Tenemos que tener claro que la constitución es el marco de todo el sistema jurídico y político, y por lo mismo, no todo tema es constitucional. Lo qué hay que hacer es cimentar la base para esas políticas públicas que nos permitirán vivir mejor.
-¿Se pasará de un Estado subsidiario a uno social de derechos?
-Sí, tal como se señala, una de las 12 bases de este proceso es que Chile será un Estado Social y Democrática de Derecho. A lo qué hay que estar atento y a lo que nosotros apuntamos como candidatura es a darle un contenido concreto a este Estado Social y Democrático de Derecho. En ese sentido, creo que es clave pasar de un Estado Subsidiario a un Estado Solidario (consagración del principio de solidaridad), donde el Estado no solo pueda actuar cuando los privados no puedan (Subsidiaridad de la constitución del 80'), sino que exista una cooperación entre el Estado, la sociedad civil/comunidades y las personas, para que en una acción común nos permita tener a todos las condiciones sociales para un Chile mas justo.
-¿Se puede llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas de derecha e izquierda o cree que habrá muchas disputas por imponer ideas?
-Considerando que esta segunda oportunidad puede que sea la última en el corto plazo para poder cambiar la constitución, no se puede desaprovechar. Uno tiene que intentar persuadir en base a sus convicciones, pero no atrincherarse en sus ideas. Por tanto, hay que hacerle honor a la buena política y llegar a los acuerdos necesarios por el bien del país. Una constitución no puede ser entendida como el trofeo del bando ganador, la constitución no puede ser de “izquierda” o de “derecha”, la constitución debe ser aquella norma fundamental y pacto político que nos asegure un Estado derecho, una democracia plena, derechos y libertades fundamentales, como también instituciones fuertes y responsables, independiente del gobierno de turno.
-Por último, ¿Con este proceso se cierra un ciclo social en Chile que esperaba una nueva constitución o quedarían temas pendientes de cómo se implementaría esta carta fundamental?
-Una vez promulgada la nueva constitución, queda un trabajo de creación de leyes y políticas públicas que permitan concretar los principios, mandatos y/o nuevas instituciones que se esta cree. Por tanto, cambiar la constitución es el primer paso, siguiéndole su implementación gradual, porque nada se puede cambiar de la noche a la mañana y aquello mismo debe quedar reflejado en las disposiciones transitorias del texto. //ELF
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