Editorial
Por Roberto Gatica B.
La DC, en su disputa interna por una mirada de centro, de bisagra o amparados en principios de diálogo eterno, con una declaración doctrinal mucho más coherente que sus acciones, terminó olvidando sus valores y acomodando su discurso, pero alejada del sentir "la calle", creyendo que aún tenía credibilidad para liderar. Lo de "no piensen, no digan, nosotros lo hacemos por ustedes", se acabó.
Anuncio y denuncio, decimos los cristianos, y nuestro Partido terminó "entibiando" todo, acomodándose por años de años, que los empresarios, que el trabajo, que la producción, que la economía y nos olvidamos de las personas, incluso de muchos de los militantes de base, nos alejamos de la propia gente que decimos representar. Declaramos que estábamos con la clase media, pero sustituyendola, no escuchándola.
Políticamente, adoptamos una postura de ser críticos a nuestras propias alianzas, mantenemos parlamentarios que aparecen más de derecha que demócrata cristianos, nuestras actuaciones han sido de espaldas a las necesidades y la realidad mayoritaria de las personas, preferimos el "término medio", antes que jugarnos más drásticamente por las personas y sus necesidades. No escuchamos, no asimilamos, solo hablamos el complejo lenguaje desde la política.
Miremos bien el ejemplo de las y los concejales y alcaldes, ellos que están en los territorios, no tienen más que cercanía cotidiana, viven lo que escuchan. En cambio, la Directiva, Consejo y Parlamentarios, no los escucha, en vez de mirarlos con respeto y consideración, los usan para dar pegas y como sus bastiones electorales solamente.
Dejamos el trabajo territorial horizontal, solo se hace electoralmente, en forma personalista y no como servidores. Pero la verdad, es que tenemos poco que decirles, nuestros temas son desde la política superior y no desde las personas, las que están día a día en las calles, en sus trabajos, con sus hijos en colegios de mala calidad, en los consultorios o comprando medicamentos caros.
Enviamos los mismos voceros de siempre a las radios, a los medios de comunicación, no innovamos en las formas y rostros. Pero seguimos sin tenemos poco que decirles, menos escucharlos. Mucho personalismo, harto de políticos a sueldo y con aparente sacrificio y dedicación, ahogamos a nuevos liderazgos y eliminamos la formación política de cuadros jóvenes.
Entonces, ya que no estaremos en la Convención Constitucional, no podemos renunciar a elaborar propuestas públicas, difundirlas, disponer estudios técnicos y políticos. Esas propuestas deben ser creativas, estudiadas y con información útil, como no aprovechar los conocimientos y opiniones de Patricio Zapata entre otros. Nunca olvidar que las chilenas y chilenos, no quisieron que los DC estén en la Convención Constitucional, porque no los representamos, desde ahí nuestro aporte puede ser escuchar y colaborar.
Creo que debemos tener un retorno a la comuna masivo, un retorno a las concejalías con apoyos reales a esas gestiones. Debemos pasar un invierno en cada territorio y con ello, dejar volar a cierto sector interno, que ya cumplió su rol y que hoy no tienen nada que aportar. Entrar en una transición activa, apostar por lo jóvenes, nada peor podrá pasarnos. Aggiornarnos en forma activa, escuchar y escuchar, tratar de comprender a la luz de nuestros valores y en un tiempo más hablar.
Volver a tener una estrategia que nos focalice y nos permita, en el mediano tiempo, retomar el camino y obtener mayor representación. Apoyar a más a los dirigentes territoriales, municipales y nuevos liderazgos locales. Algo que nos acerque a los dolores de las personas, pero también que nos aclare nuestro rol en esta sociedad neoliberal, que todos queremos cambiar. Así como lo hicieron los fundadores, ser más radicales, como lo exigen nuestros valores, construir una Sociedad Comunitaria sigue siendo una necesidad, el mundo y Chile caminan en esa necesidad, lo que nos falta es representarla nosotros.
Astutos como una serpiente, pacíficos como una paloma, definir una estrategia de despliege territorial para las elecciones parlamentarias, cambiar los rostros de nuestra oferta, no podemos llevar a los mismos, reconocer a liderazgos locales, sabemos que los hay, re-oganizar el Partido, simplificarlo.
Me atrevo a decir que debemos apoyar al o a la candidata o candidato que la centro izquierda decida, con ello re-posicionar nuestro lugar, en base a la nueva realidad electoral, con humildad e inteligencia. "Una nueva era nos alienta", pero no podemos ser los mismos. Darle un rol más relevante a las y los Concejales y Alcaldes y Alcaldesas, incluso por sobre los parlamentarios, una estrategia que mira nuestra historia con responsabilidad y generosidad, construye una nueva propuesta social y comunitaria, reanima la formación de nuevos cuadros políticos, pero con profundo contenido y participación.
Conversemos, es lo mejor que podemos hacer desde ahora.
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