En La Fontana conversamos con la diputada Claudia Mix Jiménez, sobre las expectativas -que tiene muy pocas- respecto de la propuesta constitucional que se vota este domingo 17 de diciembre, y que redactaron los consejeros del Consejo Constitucional.
Mix es egresada de trabajo social, gestora cultural y militante fundadora del Partido Comunes. Actualmente, es legisladora por el 8º Distrito, Región Metropolitana, ya en dos periodos 2018-2022 y 2022-2026. Fue segunda vicepresidenta de la Cámara de Diputadas y Diputados, desde el 11 de marzo de 2022 al 7 de noviembre del ño pasado.
La parlamentaria frenteamplista tiene clara su presencia y la manifiesta en la siguiente entrevista.
-Qué opina de la labor que llevó a cabo el Consejo Constitucional en este segundo proceso constitucional?
-Nunca tuve expectativas respecto a su resultado. Siempre supimos que era muy difícil que la extrema derecha quisiera buscar acuerdos. Ellos tenían la mayoría absoluta en el Consejo Constitucional e impusieron sus intereses al los del resto de la ciudadanía. Asimismo, vetaron temas, porque su único interés era imponer sus ideas, que claramente no representan las aspiraciones de la gente. El resultado siempre estuvo definido tanto por la composición del Consejo, como por la falta de voluntad política del mismo. Producto de ello, el texto emanado representa solo a la extrema derecha y presenta, además, una serie de fallas estructurales y trabas para su modificación.
-¿No se respetaron las recomendaciones de los expertos, tampoco los 12 cuerdos y primaron los intereses ideológicos?
-La comisión de expertos emitió más de 600 recomendaciones al Consejo Constitucional, objetando vulneraciones del texto aprobado por el Consejo a los llamados bordes constitucionales, que son los 12 acuerdos que servirían como base al trabajo que se debía realizar; estos constituían los principios básicos sobre los cuales se tenía que redactar la Constitución. De esas 600 recomendaciones, solo un número muy menor, cercano a 100, fueron acogidas y en su mayoría se referían a errores formales. Por eso, ni siquiera la Comisión de Expertos aprueba este texto.
-El artículo 1º establece que “El Estado de Chile es social y democrático de derecho”, ¿Cree Usted que esa frase es más bien declarativa y que, por el contrario, reivindica el Estado Subsidiario?
-Hay que distinguir entre la forma y el contenido del artículo. Sin bien, reconoce la existencia de un Estado social y democrático de derecho, después define un Estado Subsidiario, cuando dice que “promueve el desarrollo progresivo de los derechos sociales, con sujeción al principio de responsabilidad fiscal y a través de instituciones estatales y privadas”. Si bien consagra el Estado social de derecho, la norma lo define como subsidiario, porque otorga a los privados, responsabilidades que deben ser del Estado. En la práctica, deja las cosas tal y como están.
-¿Existe un retroceso en cuanto los derechos adquiridos de los ciudadanos?, ¿Ve mermados algunos?
-Por supuesto, esta propuesta no solo no responde a las expectativas de la sociedad, sino que atenta contra derechos ya adquiridos por la ciudadanía. Por ejemplo, respecto al derecho a la vida, que puede terminar con el derecho al aborto en tres causales, que tanto tiempo y dolor le tomó conquistar a las mujeres. Los republicanos han anunciado públicamente que, de aprobarse su texto, intentarán terminar con la esta ley (…) La objeción de conciencia que plantea el texto, es el derecho de una persona a incumplir la ley, supone que las empresas tienen conciencia y que, por lo tanto, pueden negarse a realizar un aborto. Lo mismo puede ocurrir con la entrega de la píldora del día después y con los colegios, que podrían discriminar a hijos de padres separados, adolescentes embarazadas o de alguna disidencia. Otros artículos impiden ampliar derechos laborales, como por ejemplo el derecho a huelga, no asegura el agua como un bien público y protegen a las AFP y las Isapres. No asegura la calidad de la educación ni de la salud, debilitando el rol de los ministerios en cuestión (…) La ultraderecha sobrepasó los límites de lo que debía abordar la Constitución, para asegurar políticas públicas afines a sus intereses, dificultando además el debate democrático.
-¿Se inclina Usted por la opción “En Contra”, como lo han señalado algunos partidos oficialistas?
-Sin duda, mi voto es “En Contra”.
-¿Cuál sería su llamado a la ciudadanía, de cara al plebiscito de salida del próximo domingo?
-Mi llamado es a que las personas se informen, que lean la propuesta o, al menos, lo que aparece en la prensa, que conversen, para que voten en conciencia. Este texto constitucional no responde a las necesidades sociales y atenta gravemente contra derechos ciudadanos adquiridos tras años de lucha. Aprobarlo sería retroceder y cerrar la posibilidad de avanzar mediante modificaciones, ya que los quórums serían mucho más difíciles de conseguir. Votar En Contra es más seguro. //ELF