En La Fontana conversamos con sociólogo Sixto Carrasco, quien analiza las diferentes aristas políticas, históricas y sociológicas vinculadas al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile, a 50 años de dicho evento.
Parte opinando sobre las diferencias qué aún desatan, entre compatriotas, hablar sobre dicha época.
-¿Por qué sigue generando tanta división entre los chilenos recordar el Golpe Militar del 11 de Septiembre de 1973?
-A pesar de que han trascurrido 50 años del Golpe Militar, es una fecha que divide a nuestra sociedad, en primer lugar, porque las interpretaciones de las causas siguen siendo muy diversas. Mientras algunos justifiquen las atrocidades y la violación sistemática de los Derechos Humanos resulta muy difícil encontrar los puntos de encuentro. Por otro lado, hoy nos encontramos en un escenario político polarizado, esto no permite establecer actos simbólicos y declaraciones que den señales al resto de la ciudadanía, en orden a propiciar un reflexión profunda de lo ocurrido, condenar la violación de los Derechos Humanos y establecer un compromiso con la democracia y la solución pacífica de los conflictos.
-¿Se puede llegar a un consenso político transversal de condenar las violaciones a los Derechos Humanos y el que el "Nunca más" sea una consigna generalizada o está muy fracturada la sociedad chilena para eso?
-El respeto por los Derechos Humanos, la condena a la violación de los mismos y la búsqueda de verdad y justicia, debieran ser mínimos civilizatorios en los cuales los distintos actores políticos, culturales y sociales coincidiéramos. Corresponde en particular al sistema político condenar la violación de los Derechos Humanos, y si ello no ocurre, es necesario persistir en ese propósito.
-¿Esta herida de país sanará tal vez en el futuro cuando las futuras generaciones ya no porten esa "carga emotiva" de haber vivido esa época o que sus padres la sufrieron, o es algo que no se olvidará jamás?
-Somos memoria histórica, narración, somos también aquello que recordamos, por lo tanto es importante preservar esa memoria histórica sobre los hechos ocurridos y las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos. Como dice el ingreso al Museo de la Memoria, “No podemos cambiar nuestro pasado; sólo nos queda aprender de lo vivido. Esta es nuestra responsabilidad y nuestro desafío”. Este es un proceso histórico abierto, recientemente se condenaron los militares asesinos de Víctor Jara, el Gobierno presentó el Plan de Búsqueda de Verdad y Justicia, y miles buscan verdad y justicia. Esta herida no sanará simplemente por el paso del tiempo, ni por el olvido, eso sería inhumano, si así ocurriera, como dice el poeta Zurita “ las piedras del desierto y de las montañas nos recordaran lo ocurrido” (...) El Golpe Militar, la violación a los Derechos Humanos, son acontecimientos de nuestra historia fundamental para las generaciones del presente y para las futuras generaciones, la educación y la búsqueda irrenunciable de la verdad. Son un camino para que “Nunca más”, tales atrocidades vuelvan a ocurrir.
-¿No hay motivos que justificaron el Golpe, o desde la mirada sociológica existieron ciertos procesos sociales e inestabilidades que iban a desencadenar en un golpe?
-No hay justificación alguna para el quiebre de la democracia, ni para violar sistemáticamente los Derechos Humanos, ni el terrorismo de Estado, ni la tortura, ni las detenciones arbitrarias. Eso se debe condenar. Cosa distinta es mirar el proceso social, las causas, la realidad social de la época, sobre esto tenemos una tradición de reflexión, entre ellas el texto “El quiebre de la democracia en Chile” de Arturo Valenzuela, “El Proceso Político Chileno” de Manuel Antonio Garretón, los trabajos de Juan Linz, el trabajo de Mario Góngora. Es decir, existe una reflexión intelectual desde la sociología, desde la historia, desde la ciencia política.
-Por último, ¿Cuál sería el mesaje que debiera prevalecer en la clase política como enseñanza histórica de que no vuelva a ocurrir otro golpe en Chile?
-El mensaje a la clase política es breve y sencillo: “Estén a la altura de las circunstancias”. //ELF
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