La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) multó a Minera Escondida con más de $6.600 millones después de acreditar "daño ambiental irreparable" en las aguas subterráneas que sostienen el ecosistema en las Vegas de Tilopozo, en el Salar de Atacama.
La SMA constató una reducción del nivel freático mayor a 25 centímetros en dicho sector, correspondiente a la distancia a la que se encuentra el agua desde la superficie del terreno. Ello implica que se superó "de forma irreversible y desde el año 2005, la disminución máxima aceptable que pueden soportar estos sistemas vegetaciones".
La pesquisa surgió ante una denuncia del Departamento de Conservación y Protección de Recursos Hídricos de la Dirección General de Aguas (DGA), en la cual se advirtieron incumplimientos al Plan de Alerta Temprana (PAT) del acuífero Monturaqui–Negrillar–Tilopozo.
La DGA advirtió descensos en los niveles de agua subterránea, apuntando a que Minera Escondida no realizó los ajustes que correspondían de acuerdo con lo dispuesto en la Resolución DGA N°1972/2001 que aprobó el PAT.
Mientras que después el análisis de todos los antecedentes y de realizar inspecciones ambientales, la Superintendencia acusó que la empresa minera no activó la limitación del tiempo de bombeo y otras medidas complementarias que había comprometido en su Resolución de Calificación Ambiental.
El Superintendente del Medio Ambiente, Cristóbal De La Maza, acusó que la Comunidad Indígena de Peine "se ha visto significativamente afectada producto del uso desmedido por parte de la empresa del recurso hídrico que alimenta las Vegas de Tilopozo, las que son utilizadas por la comunidad como sustento económico para usos tradicionales".
Con una superficie de 17.000 km2, el Salar de Atacama es el salar de mayor extensión a nivel nacional y corresponde a un ecosistema de alto valor ambiental. "Es un territorio de alto interés ecológico, turístico y económico, de particular importancia para la biodiversidad del país", destacó la SMA.
Interacciones con los lectores