Como consecuencia de la reciente elección de convencionales constituyentes y sus desastrosos resultados, la Democracia Cristiana (DC) vive días cruciales de intenso debate. Y militantes históricos están preocupados y piden a mesa directiva cambios estratégicos.
Debido a que este debate interesa al país, publicamos el documento “AÚN ESTAMOS A TIEMPO” que ha sido suscrito por un centenar de militantes destacados de todo el país y entregado a las autoridades del partido para su discusión y aprobación.
Entre los firmantes se incluyen militantes relevantes como: los exEmbajadores de Chile ante Haití y Brasil, Marcel Young Deboeuf y Carlos Mena Keymer; los exalcaldes Raúl Donckaster Fernández y Ernesto Moreno Beauchemin ; el exsubsecretario de Justicia, Nicolás Mena Letelier; la exConsejera Nacional de la CUT, María Antonieta Escobar Silva R; la exDirectora Regional de SERNAM en Maule, Carmen del Picó Rubio; el cofundador de la Coordinadora Nacional Sindical, Juan Manuel Sepúlveda Malbrán; y el expresidente del Comité Coordinador Nacional de Asociaciones de Académicos, Pedro Vera Castillo.
Aún estamos a tiempo
1. El resultado de las recientes elecciones para el Consejo Constitucional demuestra claramente que nuestro partido prácticamente se encuentra a punto de desaparecer del escenario político (4% del electorado). Esto deja en evidencia que, más allá del coraje y testimonio de candidatas y candidatos y del abnegado trabajo de nuestras bases militantes, la democracia cristiana ha perdido arraigo en la sociedad chilena, su proyecto no es nítido, y encuentra serios problemas para ser identificado, comprendido y seguido en el actual contexto político. Es urgente, preocuparnos y ocuparnos de esta difícil situación hablando con la verdad, sin ambigüedades y en coherencia con nuestros valores y principios.
2. Nuestros principios doctrinarios y nuestra ideología, además de tener plena vigencia para enfrentar los problemas y urgencias del Chile de hoy, nos mandatan, desde que la democracia cristiana surgió en la vida política, a transformar las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales que amparen la injusticia. Siempre fuimos un partido de cambios y nuestro domicilio político claramente es la centro izquierda.
3. Con posterioridad a la pérdida de la democracia en Chile, que en parte se debió a la fragmentación de los partidos políticos que apoyaban las transformaciones en Chile (los famosos tres tercios), el partido demócrata cristiano en sucesivos gobiernos, primero con la concertación de partidos por la Democracia y luego con la Nueva mayoría, participó y se vinculó en buenos términos con los partidos de izquierda. Por supuesto, somos todos igualmente responsables de sus importantes éxitos y de las falencias y de las injusticias que no supimos corregir.
4. Los resultados electorales de la elección de los convencionales demuestran con absoluta claridad que la estrategia de una alianza restringida al PPD y al partido Radical, no permitió expresar con claridad nuestra vocación de centro izquierda y que alentar e impulsar dicha lista, separada de los demás partidos de izquierda, como muchos lo advertimos, fue un lamentable error. Más aún, a la luz de los resultados electorales, ha sido demostrado que una lista más ampliamente unitaria de todos los partidos de centro izquierda habría permitido alcanzar, a lo menos, el poder de veto superando al partido Republicano.
5. En consideración a lo señalado anteriormente, los abajo firmantes creemos firmemente que el partido demócrata cristiano debe adoptar a la brevedad las siguientes definiciones en sus instancias estatutarias de decisión política: como lo es su Consejo Nacional y, dada la trascendencia de estas para el futuro del partido, también en una Junta Nacional:
- Dar por superada la estrategia impulsada por la Directiva Nacional, y en particular por nuestro Presidente Nacional, que dio lugar a la coalición supuestamente representante del centro-izquierda (PDC-PPD y Radicales) considerando el fracaso electoral y el aislamiento al que se está conduciendo al partido. El cambio de estrategia obliga a revisar y renovar profundamente los equipos políticos encargados de implementarla.
- Se debe proponer un gran acuerdo político, sin exclusiones, de todas las fuerzas sociales y políticas de izquierda y la DC, para impulsar los cambios que el país requiere y, en lo inmediato, apoyar las reformas que impulsa el gobierno del presidente Boric. Esto constituye una decisión de responsabilidad política para con la defensa y profundización de la democracia y de responsabilidad social para con los postergados de nuestra sociedad. Este acuerdo debe pavimentar el camino para enfrentar con la más amplia unidad los próximos desafíos electorales. El partido demócrata cristiano fiel a su historia y a sus principios doctrinarios, debe impulsar decididamente esta estrategia.
No es necesario agregar que el triunfo del partido republicano, más allá de su impacto evidente en el proceso constituyente, puede abrir las puertas en Chile para un gobierno autoritario de derecha.
- El partido demócrata cristiano al asumir esta estrategia, debe señalar claramente al país que es fiel a sus principios y a su propia historia, y por lo mismo descarta cualquier acuerdo político con los partidos de la derecha tradicional o extrema. Más aún, el partido debe denunciar y combatir el afán desestabilizador no disimulado de algunos sectores políticos y socio-económicos contra el actual gobierno, cuestión que ha ido escalando preocupantemente.
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