EDITORIAL
Hoy, comienza oficialmente una nueva posibilidad democrática. Un episodio republicano en la historia de Chile, como segundo proceso constituyente, tras rechazo de texto surgido de la primera convención. Y por "episodio republicano" no apuntamos al hecho de que el Partido Republicano tenga mayoría de escaños (con 22 consejeros), sino que el Estado, con la sociedad civil organizada en la República de Chile escogió a un grupo de personas para redactar la nueva Constitución, superándola del dictador -y jamás estadista, como lo hizo ver el opus dei, patriota-republicano, Luis Silva, que integrará de hecho esta instancia-, nos referimos al ya vapuleado tantas veces, y que sigue generando discordia en la población, Augusto Pinochet Ugarte.
La segunda puede ser la vencida, siempre y cuando, la centroizquierda y la izquierda tengan voz. Hoy reducida. La DC no tienen ningún consejero electo. Este nuevo órgano estará integrado por 22 consejeros del Partido Republicano, 16 de Unidad para Chile, 11 de Chile Seguro, más el escaño indígena habitado por Alihuén Antileo.
Al comienzo de semana, el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), proclamó a los 51 representantes electos el 7 de mayo, que hoy habitarán el cargo. Ayer, los consejeros concurrieron al exCongreso de la capital para recibir materiales de trabajo, computadores y el reglamento del Consejo.
Hoy, durante esta mañana, se efectuará la sesión de instalación del Consejo Constitucional, en el hemiciclo de la Cámara de Diputad@a, del exCongreso Nacional. Instancia deberá discutir y aprobar la propuesta de nueva Carta Magna, que será votada en diciembre. Los Consejeros se deberán pronunciar también respecto del anteproyecto que elaboró la Comisión Experta la que resultó de un acuerdo desde el Partido Republicano hasta el PC.
¿Imperará ese mismo ánimo democrático? Los ciudadanos tendrás la oportunidad de evaluar aquello a partir de hoy. Las sesiones serán públicas y transparentes, tanto en sala como en comisiones. ¿Serán tan transparentes como sucedió en la pasada Convención? Porque ahí se revelaron situaciones vergonzosas, como que un convencional no pudo votar porque se estaba duchando, otro con guitarra, otros disfrazados insultos, manifestaciones, ideologías exacerbas y discusiones vagas, etc. Lo que derivó en desconfianza y posterior Rechazo el pasado 04 de septiembre, del texto propuesto.
Pero hoy estamos ante un nuevo escenario político, en el que la derecha -y la más conservadora, la "ultra- tiene la batuta. Poseen, literalmente, el sartén por el mango con mayoría que supera dos tercios. La única manera de romper esta barrera infranqueable, es que prime el diálogo para llegar a consensos y acuerdos. Pasar de un Estado subsidiario a un Estado social de derechos, será el núcleo de toda la discusión. Hasta qué punto, ¿el Estado garantiza derechos sociales como la educación, salud, vivienda y medio ambiente, incluido la seguridad pública y social?
Los republicanos querrán mantener el Estado subsidiario, con pocos derechos garantizados. La mixtura público-privada sería, entonces, la receta para cumplir aquello. El Estado solo no podría, porque se argumentará siempre la falta de recursos para proveer derechos por parte de la derecha. Se reivindicaría, por ende, el sistema de concesiones, pero con contratos no tan abusivos –ni a 20 años-, que perjudique a usuarios y beneficien a privados.
Los republicanos, y la derecha conservadora, están en situación de "win-win", porque si se rechaza el texto que se elaborará nos quedamos con la actual constitución pinochetista, pues no habría ánimo social ni político para un nuevo proceso constituyente, al menos, en el corto plazo. Hemos de esperar, en consecuencia, que la cordura prevalezca y que los que hoy tienen mayoría no bloqueen ni neutralicen al resto de la clase política, sino que escuchen e integren propuestas antagónicas, dado que la constitución debe ser, realmente, la casa común de todos, representarnos a todos - o a la gran mayoría- y tener una vigencia prolongada de mínimo 40 años. Ideal que se busca alcanzar. Hoy, partió lo que en diciembre termina. Finalmente, la gente decide. //ELF