Por Roberto Gatica
Está la idea de que todo lo nuevo es mejor. Si bien la esperanza ha crecido mucho con el triunfo electoral de Gabriel Boric, también creo que la ansiedad de tener una solución una luz a los problemas de arrastre de miles y miles de personas, familias venían padeciendo por años y más aún en los últimos años.
Hay una promesa, algunos tratan de "controlar daños", afirmando que el programa es la "carta de navegación" o la ruta sobre la cual no es posible desviarse; habrá guardianes de ello.
"Tengo esperanza de que los nuevos gobernantes cometerán errores, otros errores, actuarán de manera diferente. Lo importante es que reconozcan su historia y de dónde vienen: sepan enfrentar a la extrema derecha. Creo que eso será una gran batalla, que se apoyen en en las personas, que escuchen, que sea la comunidad reunida la que reflexiones y discuta, que Gobiernen este nuevo periodo tal y como son ellos, más libres".
Hemos leído a los antiguos políticos, que no han logrado una comprensión total de lo que ha ocurrido o está ocurriendo en nuestra sociedad desde aquel lejano "18 de octubre". Ellos y ellas están fuera de este mundo, sus recetas no les funcionan, las palabras que antes les daban votos y les permitían "sacrificarse" por todos nosotros, administrando el poder político. Pero eso es parte de Chile, no todos deben entender, creo que lo que nos ocurre es que ahora son otros los que "sí entienden" y no los mismos.
Es el mismo país, la misma comunidad, los mismos colegas de la oficina, las mismas profesoras, choferes de micro, vendedores del comercio, los mismos empresarios e inversores de capital, al final, el mismo Chile. Ahora con otra perspectiva, con otras personas, que traen otra historia, otras experiencias de vida que existen hace mucho tiempo pero no eran las protagonistas, tal vez las más masivas.
Nace una hermosa esperanza, que la participación aumente cada vez más, que se consulte de todo a las personas, que existan decisiones compartidas, de presupuestos municipales, que plaza hacer, como priorizar los proyectos, las obras públicas, las medidas sociales, las políticas públicas, este es un legado escondido de la Democracia Cristiana en su doctrina y en su historia, la participación de las personas, porque creemos que ahí está el centro de todo, en la comunidad, en su entorno, no en el dinero por si, en la competencia como único mecanismo de crecimiento y en el individualismo como razón moral.
Tengo esperanza de que los nuevos gobernantes cometerán errores, otros errores, actuarán de manera diferente. Lo importante es que reconozcan su historia y de dónde vienen: sepan enfrentar a la extrema derecha. Creo que eso será una gran batalla, que se apoyen en en las personas, que escuchen, que sea la comunidad reunida la que reflexiones y discuta, que Gobiernen este nuevo periodo tal y como son ellos, más libres.
Chile es el mismo, aún no cambia, tenemos graves problemas cotidianos de tipo ético. Nos falta educación y cultura, nos falta una mirada más larga y gozar la vida y cuidarnos. Esto es un camino. //ELF
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