El quinto lugar obtenido por la presidenciable de la Democracia Cristiana (DC) y el Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste (11,6%, con 815.558 votos), es una derrota fulminante para la centroizquierda.
El rearme necesario como fuerza política tiene ser profundo, con nuevos referentes políticos. Así lo entienden muchos analistas políticos, poselecciones del domingo. De ello no escapa la DC. Como dice el senador falangista, Francisco Huenchumilla, “o la DC se recicla o no tengo nada que hacer en este partido”.
Al respecto, el expresidente de la Juventud Demócrata Cristiana (JDC), Diego Calderón, conversó En La Fontana para analizar los magros resultados de las elecciones, tanto para su partido, así como para su sector.
En concreto, Calderón tiene una posición similar a la del camarada Huenchumilla, en cuanto a la necesidad de que exista un nuevo referente político liderado desde la DC, de cara a la ciudadanía. De lo contrario, está destinada a desaparecer como fuerza política.
En una columna que difundió en sus redes sociales, Calderón da cuenta de este diagnóstico: "La DC obtiene el peor resultado de su historia, tan solo un 4,19% de los votos, lo que representa una caída de un 60% respecto de la elección anterior, acercándose peligrosamente a los resultados que obtenía su antecedente histórico, la Falange Nacional, claro que, sin la épica, los sueños y unidad de entonces", dice parte del texto.
Y añade en el mismo comentario: "Tres son las alternativas que nos quedan, seguir en la lenta agonía, esperar una implosión a la italiana o asumir decididamente que la DC debe ser superada, reorganizada y liderar un nuevo proyecto convocando a otros actores que quieran construir un referente de centro izquierda".
Mirada de futuro
Frente a este diagnóstico, nuestro medio dialogó con Calderón. Comienza analizando los pésimos resultados para el PDC. "El resultado es desolador para la DC. No solamente por el número de parlamentarios, con apenas ocho diputados electos y dos senadores, sino que es peor que millones de chilenos dejaron de confiar en la DC (…) pasó del tercero al noveno partido más importante del país", dice.
-¿Es necesario que existe un nuevo referente político más ligado a la izquierda o solo centroizquierda?
-Yo no definiría la posición geopolítica del nuevo movimiento que debiera surgir. La primera reflexión que hay que hacer dentro de la Democracia Cristiana, es que el partido, hoy en día, no ha dado el ancho para poder responder a las demandas de un nivel significativo de ciudadanos. Yo creo que eso es lo relevante y es un factor que viene hace mucho tiempo en decadencia, dado que no ha hecho no ha intentado hacer, de manera seria, los cambios que hubiesen permitido evitar, o al menos morigerar, estos resultados que estamos viviendo.
-Falta mayor transversalidad al interior de la falange...
-Es evidente que la falta de unidad y cohesión interna se nota. Y se notó con fuerza en esta campaña donde nuestra candidata Yasna Provoste tuvo que enfrentar el peso del partido y de algunos camaradas que, en momentos críticos, no estuvieron dispuestos a apoyar a la propia candidata presidencial, como fue la opción de la senadora Carolina Goic, quien rechazó el proyecto de Ley del cuarto retiro del 10% de fondos de pensiones.
-¿No habrá sido una pasada de cuenta de la senadora Goic, quien no tuvo los respaldos necesarios de toda la militancia DC en 2017 cuando ella fue la presidenciable?
-Más allá de juzgar sus razones, lo relevante acá es que lo lógico en cualquier partido es que los militantes se ordenen en función de ciertos valores y principios, además de ciertas lealtades. Y eso, cuando uno ve la realidad de cada una de las regiones del país, se da cuenta de que es algo fracturado desde hace mucho tiempo, lo cual no nos está permitiendo recuperar un nivel de fuerza suficiente para poder interpelar a la ciudadanía.
-¿Y qué es lo que viene ahora en la DC?
-Hay que hacer un espacio para la reflexión. Y ojala las juntas nacional sean presenciales, porque estas juntas online no permiten ningún debate real sobre los temas que están sucediendo. La idea es hacer un diagnóstico profundo del estado de este partido, que es dramático y sigue funcionando con lógicas de ser un partido de masas, importante, pero que hoy, no lo es. Desde ese diagnóstico crudo, veo una salida con tres alternativas: o simplemente insiste en esta camino de ir muriendo lentamente, transformándose en un partido irrelevante para el país; o derechamente implosiona y se divide en distintos sectores que no pueden convivir internamente por distintas razones; o finalmente, -y es el camino que a mí me interpreta- es poder liderar desde la DC un nuevo referente político amplio, de fuerzas de centroizquierda, liberales, comunitarias y de sectores socialdemócratas que estén dispuestos a construir una opción que reivindique la democracia, además del camino de los acuerdos y una idea de orden y cambios social, que es hoy es necesario y que le haría mucho sentido a la gente. //ELF
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