Por Javier Igor Ascencio
En una democracia representativa como la que tenemos, nuestra participación en la toma de decisiones es indirecta. Se limita a elegir a alguien para que nos represente en las instancias de poder. Y cada cierto periodo, podemos renovar o revocar a ese representante. Pero nunca participamos directamente en la toma de decisiones. En él otro extremo tenemos una democracia directa, donde todos participamos siempre en todas las decisiones. Parece una democracia ideal, pero es poco práctico. Y tenemos la democracia participativa, que es la democracia en la que los ciudadanos tienen mayor participación en la toma de las decisiones políticas que la que les otorga tradicionalmente la democracia representativa.
En estos tiempos la democracia representativa está quedando obsoleta, solo pongamos por ejemplo la decisión tomada por la última junta nacional, en relación al apruebo o al rechazo, donde la decisión tomada por nuestro órgano representativo, la junta nacional, fue fuertemente cuestionada. De fondo y de forma se cuestionó que hubiese sido una decisión representativa y no una participativa.
La junta nacional lo integraban 405 camaradas, si consideramos que en la segunda vuelta de la mesa nacional votaron 11.539 militantes, la junta nacional representa el 3.5% de los militantes activos.
Por otro lado el consejo nacional está integrado en total por 51 camaradas, o sea representan el 0,4% de los militantes activos. Entre estos miembros, la junta elige a 18 consejeros (as) nacionales de libre elección, que son electos por la junta nacional, que se transforman en la práctica en representantes de los representantes. Además el 81,2% de estos consejeros (as) son de la Región Metropolitana.
La democracia representativa del PDC va en directa relación con los bolsones de votantes, por ejemplo la región metropolitana tiene el 25% de los integrantes de la junta nacional y diez regiones suman entre todas los mismos 25% de representantes en la junta nacional. (Arica y Parinacota 1,75%; Antofagasta 1,75%; Magallanes 1,75%; Aysén 2,00; Atacama 2,75%; Tarapacá 3,25%; Los Ríos 3,25%; O’Higgins 4,0%;
Ñuble 4,5% y Coquimbo 5,0%)
La Ley Orgánica de Partidos Políticos, exige que exista un órgano ejecutivo, que en nuestro caso es la directiva nacional, un órgano intermedio, que en nuestro caso es la junta nacional. La figura del consejo nacional es solo una definición nuestra.
En resumen creo debemos al menos reflexionar sobre nuestra democracia representativa principalmente nuestras estructuras partidaria, composición y elección de nuestros órganos representativos.
Y definir con claridad los temas donde participara directamente la militancia.
Los tiempos han cambiado, somos pocos los militantes activos y la tecnología vigente permite una participación real y efectiva. No insistamos en la democracia representativa, sino los militantes seguirán exigiendo libertar de conciencia y acción. //ELF