• Saltar al contenido principal
  • Skip to secondary navigation

En la Fontana

A reconstruir la centroizquierda

  • Noticias
  • Política
    • Congreso
    • Ejecutivo
    • Municipio
    • Otros
  • Entrevistas
  • Opinión
    • Editorial
    • Columnas
  • Clipping Noticioso
  • Archivos con Historia
  • En La Fontana TV
  • Quienes Somos
  • Noticias
  • Política
    • Congreso
    • Ejecutivo
    • Municipio
    • Otros
  • Entrevistas
  • Opinión
    • Editorial
    • Columnas
  • Clipping Noticioso
  • Archivos con Historia
  • En La Fontana TV
  • Quienes Somos

Columnas

¿Quién asume los costos de la inhabitabilidad de los edificios afectados por los socavones en las dunas?

octubre 2, 2023 by Admin Istrador Deja un comentario

Por Patricio Herman 

Defendamos La Ciudad 

En la edición del 29/09/2023 de El Mercurio de Santiago se publicó la noticia «Julio Ventura se defiende: El plan regulador de Viña contiene normas equivocadas y vacíos», con epígrafe «La DOM debe exclusivamente aplicarlas y no interpretarlas, lo señala en forma rigurosa la ley, planteó ante cuestionamientos de la alcaldesa y ambientalistas. Urgió a cambios rápidos en el campo dunar por socavones».

En dicha nota también dijo ese funcionario municipal que el plan regulador es de hace dos décadas, cuando no había la conciencia actual, aludiendo a la protección ambiental.

Pues bien, contestándole a Ventura, le hacemos presente que en una reciente visita del director nacional del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), Patricio Aguilera, a la Comisión de Vivienda y Urbanismo de la Cámara de Diputados, le expresó a quienes lo escuchaban que la construcción del edificio Kandinsky localizado en el sector de Cochoa de la comuna de Viña del Mar, se realizó en una “zona de alto peligro de remoción de masa”, tal como consignan los informes de los años 2005 y 2009.

Luego, desde hace 18 largos años, todas las autoridades de Viña del Mar y en general de la 5a región de Valparaíso tenían pleno conocimiento que construir edificios en altura en las dunas era sumamente peligroso y si no reaccionaron a tiempo fue exclusivamente por negligencia culposa y evidentemente por los apremios ejercidos por los actuales dueños, empresa Reconsa, de esos vastos y frágiles territorios que les pertenecían, hasta el año 1979, a la Caja de Previsión de los Empleados Particulares. Ya que Ventura afirma, muy suelto de cuerpo, que él cumplió la ley al cursar los permisos, le respondemos que ello no es verdad pues, como ya lo dijimos en esta tribuna y en otras, en la zona V3 del Plan Regulador Comunal (PRC) de Viña del Mar, vigente desde el año 2002, donde se localiza el Kandinsky y otros tantos edificios, se ordena perentoriamente que en los terrenos situados en pendiente superior a 29° no se admiten los edificios aislados en altura, sino tan solo los escalonados o aterrazados.

En la entrevista del mencionado diario le dijo al periodista, demostrando su incapacidad para ejercer el cargo, que las resoluciones ambientales favorables de los proyectos se exigen contra las recepciones finales de las obras, en circunstancias que esa exigencia es requisito para el inicio de las faenas. Era obvio que dicho funcionario municipal tenía la obligación de impedir la construcción de esos edificios aislados y por ello se deberá investigar judicialmente su mal comportamiento.

Por otro lado, a continuación, reproducimos la opinión sobre este delicado asunto, de un destacado arquitecto de la 5a región de Valparaíso.

¿Qué decía ese profesional?  

«De la revisión de antecedentes, se puede concluir lo siguiente;

1.-para determinar la pendiente del terreno Lote 17, y así determinar cuál sistema de agrupamiento requería, escalonado o aislado, mañosamente se propuso determinarla aplicando el artículo 14.4 del PRC, que indica la forma de cómo calcular la pendiente, solo en los casos de predios que estén en el seccional de vistas, tomando la cota mayor y la menor trazando una línea paralela. De esta manera, se llegó a la conclusión que el predio contaba con una pendiente de tan solo 26 grados.

Cómo se dijo, esta fórmula del artículo 14.4 del PRC no aplica para el loteo Reñaca norte. Por tanto, la topografía del predio acusa que más de la mitad del terreno cuenta con pendiente sobre los 29 grados, debiéndose, por tanto, utilizar el sistema de agrupamiento escalonado. Dicha situación, debió al menos plasmarse en un acta de observaciones cuando se solicita el permiso, documento que no existió, ya que se aprobó sin observaciones.

2.- Al mirar el edificio Kandinsky, queda claro que la torre no se encuentra confinada lateralmente por el suelo, está más bien separada. Para poder lograr construir la cantidad de metros cuadrados, utilizaron la técnica de declarar superficie sobre el nivel de suelo natural y superficie bajo el nivel de suelo natural. Esta distinción, es relevante ya que para el cómputo del coeficiente de ocupación de suelo que es 0,3 para aislado, simularon que la parte del edificio sobre el nivel de suelo natural era la más pequeña, siendo que se debió aplicar el nivel de suelo proyectado no subterráneo, conforme a lo preceptuado en el artículo 5.1.13 OGUC.

Lo anterior, hace recordar el caso del Hotel Sheraton en Providencia con el fallido permiso N° 35 de 2019. A su vez, para el coeficiente de constructibilidad, usaron la misma técnica, declarar sólo la superficie sobre el nivel de suelo natural, y no desde el piso sobre el subterráneo, así como adicionar los m2 con destino residencial bajo superficie, con lo cual sobrepasan el coeficiente de 2 consignado en el PRC. Es decir, se aprecian 3 vulneraciones a la norma urbanística, que no fueron observadas en su oportunidad.»

Este columnista aclara que el ilegal permiso para el hotel Sheraton en la comuna de Providencia de la región metropolitana de Santiago, fue denunciado en la Contraloría General de la Republica por la fundación Defendamos la Ciudad, ente fiscalizador que confirmó su improcedencia, ante lo cual, los dueños de ese hotel recurrieron ante los tribunales objetando lo resuelto por dicha Contraloría. La Corte Suprema confirmó la ilegalidad del permiso que había sido otorgado por ¡oh sorpresa! Sergio Ventura, hermanito del anterior.

Por lo relatado, se concluye que estamos ante hechos consumados, pues los departamentos de los edificios afectados por los socavones ya están inscritos en el Conservador de Bienes Raíces de Viña del Mar a nombre de quienes les pagaron a las inmobiliarias más de 500 millones de pesos por c/u de ellos, de tal forma que las justas indemnizaciones que reclaman los propietarios de esos inmuebles serán determinadas por la Justicia.

Pero como este es un conflicto entre privados, tendrán que ser las empresas inmobiliarias quienes ya obtuvieron sus respectivas utilidades, las que deberán compensar económicamente a sus compradores, pues sería de mal gusto que, una vez más, el Estado con recursos públicos, asuma una responsabilidad pecuniaria que no tiene. //ELF

Publicado en: Columnas, Notas, Politica, Slider Etiquetado como: columna, Columnas, Patricio Gilbert, socavón

La tiranía de los datos

septiembre 28, 2023 by Admin Istrador Deja un comentario

Por Scarlett Valdés Pizarro
Abogada. Magíster en Derecho Laboral UAI. Docente USM – UDLA

El fenómeno global de la desinformación ha generado un impacto sin precedentes en las democracias modernas, de la cual Chile no se escapa. Sus efectos inmediatos son la polarización política, el desprestigio de las instituciones gubernamentales y la manipulación para influir en la toma de decisiones electorales, produciendo que sólo nos escuchemos a nosotros mismos.

La sociedad chilena y el mundo está atravesando una particular crisis, “La Tiranía de los Datos”.

Nadie podría negar que hoy, en especial después de la pandemia, nos contactamos, trabajamos, y consumimos a través de las plataformas digitales, redes sociales y algoritmos. Esto ha permitido la utilización de nuestros propios datos como una herramienta comunicacional de gran incidencia en la opinión pública.

De esta manera, nos enfrentamos a una nueva forma de hacer política, una bastante peligrosa. Ya no son los argumentos los que valen, sino quién ofrezca el mejor espectáculo, el más reproducido, el con más likes, aquella performance con mayor potencial de ser altamente viralizada. Contexto ideal para las “FakeNews”, una sola publicación con un fragmento de información descontextualizada puede ser más efectivo que un argumento bien fundado, un pequeño ejercito de Bots emitiendo y viralizando mensajes de odio bastan para cambiar el clima de la opinión pública y controlar la agenda política.

El fenómeno global de la desinformación ha generado un impacto sin precedentes en las democracias modernas, de la cual, Chile no se escapa. Sus efectos inmediatos son la polarización política, el desprestigio de las instituciones gubernamentales y la manipulación para influir en la toma de decisiones electorales, produciendo que sólo nos escuchemos a nosotros mismos. La disrupción digital nos ha despolitizado, porque escuchar al “otro” es un acto político imprescindible para una Sociedad Democrática, y la única forma de crear un “nosotros”.

Actualidad política preocupante para quienes realmente valoramos la democracia, pero, ¿qué podemos hacer cuando quién posee los datos, posee el Poder?. Regular el flujo de datos y adoptar de manera responsable distintas medidas para garantizar que la toma de decisiones de los chilenos y chilenas sea realmente libre y espontánea.

En el caso actual esto es doblemente dramático porque venimos ya con dos procesos constituyentes a cuesta. El deber de desenmascarar la información falsa requiere no sólo poner atención en los futuros informes de la comisión asesora contra la desinformación para la creación de políticas públicas, sino que además, creo humildemente, que el énfasis podría enfocarse en al menos cuatro medidas, tales como: (a) campañas de concientización y educación digital, que entregue herramientas para que las personas sean capaces de detectar cuándo están ante una noticia falsa; (b) creación, promoción y difusión de estándares regulatorios y principios éticos para la difusión de información, fomentando la transparencia y diversidad de fuentes de noticias y la rendición de cuentas de los medios; (c) aumentar la entrega de subsidios públicos para apoyar al periodismo independiente; (d) creación de un organismo de carácter autónomo que supervise y fiscalice el cumplimiento del marco regulatorio y ético para garantizar la precisión de la información emitida por los medios de comunicación.

Sólo así podremos garantizar la libertad, efectividad, y legitimidad que debe tener las y los titulares del ejercicio de la soberanía. El Pueblo, de lo contrario, seguiremos sumidos en la tiranía de los Datos. //ELF

Publicado en: Columnas, Notas, Politica, Slider Etiquetado como: columna, Columnas, Opinión, Scarlett Valdés

El 18 de octubre de 2019: Un balance provisional

septiembre 26, 2023 by Admin Istrador Deja un comentario

Por Álvaro Ramis
Rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC)

Viene siendo hora de reconocer, sin ambigüedades ni relativizaciones, que el país venía arrastrando largas y profundas tensiones sociales, acumuladas por décadas de disfuncionalidad política y graves carencias institucionales. Se fue agotando una ecuación en la que el esfuerzo no se percibe acorde con el ingreso, y la promesa de la integración vía crédito y consumo no expresa equivalencia con los mecanismos de reconocimiento y representación. No se puede proponer un balance consistente sin establecer como línea de base el carácter magmático y agregativo de esos antecedentes.

Los cuatro años que han transcurrido desde octubre de 2019 parecen haber sido necesarios para poder empezar a establecer un balance, aunque sea provisorio, respecto de uno de los acontecimientos más controvertidos y de difícil interpretación que hemos vivido en nuestro pasado reciente. Cabe la necesidad de objetivar la mirada, para que el conjunto de los actores políticos y sociales involucrados podamos remitirnos a un análisis que nos permita navegar en tiempos de polarización. Comparto algunos criterios que creo que son ineludibles.

Viene siendo hora de reconocer, sin ambigüedades ni relativizaciones, que el país venía arrastrando largas y profundas tensiones sociales, acumuladas por décadas de disfuncionalidad política y graves carencias institucionales. Se fue agotando una ecuación en la que el esfuerzo no se percibe acorde con el ingreso, y la promesa de la integración vía crédito y consumo no expresa equivalencia con los mecanismos de reconocimiento y representación. No se puede proponer un balance consistente sin establecer como línea de base el carácter magmático y agregativo de esos antecedentes.

Sin ese diagnóstico de entrada, respaldado por los más sólidos estudios académicos y el consenso entrecruzado en las ciencias sociales, la causa misma del estallido se denigra, entre las más estrafalarias teorías del complot o los intentos exculpatorios, como la hipótesis del “golpe de Estado no convencional” que nos propone el expresidente Piñera.

Si bien ese es el punto de partida necesario, no basta para valorar todo el fenómeno. No cabe ninguna forma de debate esencialista. Se debe revisar la distinción entre “entender” –explicar problemas o cuestiones ajenas a sí– y “comprender” –interpretar dinámicas en las que se es parte interesada–. Si bien octubre no se puede entender sin la subjetividad de las carencias y el sentido de abuso acumulado, ello no basta para comprender todas las dinámicas que se desataron.

Una simplificación monocausal del diagnóstico puede llevar a ocultar otras variables, motivaciones y fuerzas que jugaron un papel relevante: el rol del narco entre bastidores, la fetichización y estetización de la violencia social, el carácter gregario y abigarrado de las multitudes, el sentido irreflexivo de las pulsiones generadas a partir de los discursos emotivistas e impulsivos que acompañaron las manifestaciones.

Por supuesto, ese diagnóstico no queda completo sin establecer la ineludible responsabilidad del Gobierno de Sebastián Piñera, al que cabe reprochar incontables errores en la gestación política de la crisis. Equivocaciones que llevaron a encender la chispa del proceso, luego condujeron a escalar el conflicto y, finalmente, lo cronificaron. En el fondo de esa dinámica latía un intento por evadir sus crecientes fallos, negar su confusión y, por qué no decirlo, una evidente mala fe al tratar de resolver por la vía represiva un proceso que exigía autocrítica y prudencia.

Esos errores de juicio inicial se convirtieron a poco andar en crímenes de Estado, en tanto se masificó el uso excesivo, irregular e indiscriminado de la fuerza policial, desconociendo los límites en contención del orden público y la persecución del delito. Estos actos generalizados se realizaron contra una gran cantidad de víctimas civiles a las que se identificó como un “enemigo interno” y fueron realizados de forma sistemática, ya que presupusieron un acuerdo, un plan o una política preconcebida, que permitió su reiteración a escala masiva bajo distintas formas de violación a los derechos humanos. Además del empleo arbitrario o abusivo de la fuerza, incluyendo armas de fuego, se deben recordar los procesos de ensañamiento judicial, estigmatización pública y abuso sexual constatados en el período.

Es innegable que las manifestaciones de octubre fueron mucho más que tumultos callejeros, disturbios o saqueos. Implicaron también a cientos de miles de personas en manifestaciones pacíficas, mediante expresiones performáticas plenamente legítimas, pero el componente vandálico sin duda fue muy intenso y persistente. Cabía la necesidad de control y acción policial de forma ineludible.

Lo que no se puede aceptar es que, en razón de ese deber, se haya buscado limitar gravemente o prohibir el ejercicio del derecho a la movilización, a la protesta, a la libertad de expresión y organización, entre otros derechos afectados en el momento. Esa dinámica prohibitiva, expresada en el recurso al Estado de Emergencia y su consecuente militarización, lejos de disminuir las dinámicas vandálicas las incentivó y acrecentó de forma exponencial.

Ello tampoco puede ser razón para avalar o legitimar el vandalismo irracional que se desató en ese momento, ni ver en su despliegue un mero recurso de autodefensa. A la vez que existen límites y criterios de proporcionalidad en la persecución del delito para las policías, también es innegable que el derecho de manifestación debe adecuarse a criterios de protección del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de las personas. Esta dinámica exige que el conjunto de la sociedad evite confundir la manifestación de la discrepancia con formas de violencia instigada por líderes que carecen de escrúpulos y que apelan oportunistamente a los peores instintos. Es fundamental asumir que nunca se puede permitir la banalización de comportamientos incívicos e inaceptables, por más “populares” que sean.

La experiencia de octubre debería a ayudarnos a entender que no se debe despreciar la ley en nombre de la democracia, ni tampoco a despreciar la democracia en nombre de la ley. Esta dinámica es la que de alguna forma fracturó la sociedad, expulsando de la calle a quienes buscaban masificar demandas sociales altamente legítimas y dejando en ella a quienes naturalizaron el uso de la fuerza de forma patológica.

Las más excluidas fueron las mujeres y sus organizaciones, proscritas entre la hostilidad policial y la brutalidad de una masa callejera cada vez más testosterónica. La forma en que se generó esa dialéctica perversa debería ser objeto de serias investigaciones y análisis, tanto desde la academia como desde los organismos a cargo del orden público, para construir garantías de no repetición y prevenir nuevas formas de conflicto.

Es evidente que las causas de octubre siguen abiertas. No se ha logrado relegitimar el Estado de derecho establecido por la Constitución, la debilidad de sus instituciones y la falta de efectividad de sus procedimientos. La frágil calma que se vive en el Chile actual ha sido fruto de un enorme esfuerzo, que debe mucho a la acción conjunta de fuerzas sociales, políticas e institucionales muy diversas.

Pero nos engañaríamos si concluyéramos que se han modificado las variables de entrada que nos condujeron a octubre. Y lo más grave, todo indica que, tal como van las cosas en el Consejo Constitucional, no tendremos en breve plazo una Constitución que logre responder a estos desafíos. Lo único que queda es seguir apelando a la responsabilidad compartida para administrar la contingencia. Pobre balance y preocupante vaticinio. //ELF

Publicado en: Columnas, Notas, Politica, Slider Etiquetado como: columna, Columnas, estallido social

Testimonios de dignidad

septiembre 19, 2023 by Admin Istrador Deja un comentario

Por Elena Alfaro 

Académica de la Escuela de Diseño de la Pontifica Universidad Católica de Chile y directora del Programa de Artesanía y la Muestra Internacional de Artesanía UC, nacida en 1973.

En 1975, profesionales del Comité de Cooperación por la Paz, luego Vicaría de la Solidaridad, buscaron nuevas formas de apoyar a las personas que en cárceles y campos de concentración sufrían graves atropellos a los DD.HH., en medio del horror desatado por el golpe de Estado de 1973. Junto al apoyo legal, social y acompañamiento, este organismo de la Iglesia Católica se encontró con una nueva necesidad: los encarcelados quieren trabajar con las manos.

Paralelamente, las mujeres cuyos familiares están privados de libertad o se desconoce su paradero, crean pequeñas escenas bordadas donde cuentan parte de las angustias que viven. Reunidas en talleres bordan arpilleras, pero también encuentran apoyo y contención.

Desde el dolor surge un caudal de artesanías que la vicaría acoge, para el cual hay que buscar una estrategia que permita a las personas no sólo expresarse y denunciar, sino también obtener una retribución económica por su trabajo.

A través de su Programa de Talleres, el organismo llevó adelante esta misión hasta 1990, cuando junto con la recuperación de la democracia se crea la Fundación Solidaridad, para seguir esta labor con artesanas y artesanos que viven en situación de vulnerabilidad social hasta 2011, cuando la organización cierra definitivamente.

Winnie Lira, desde la vicaría y luego como directora de la Fundación Solidaridad, junto a profesionales, trabajadores y voluntarios; circuló, visibilizó, llevó al extranjero y comercializó las obras de los encarcelados, sus familiares y otras muchas personas que buscan -hasta hoy- justicia para sus seres queridos muertos o desaparecidos, así como las obras realizadas por artesanos urbanos que retrataban ollas comunes, comedores solidarios y también paisajes campestres.

Parte del trabajo que desempeñó durante 37 años queda plasmado en su colección de artesanía que, como Programa de Artesanía UC, en colaboración con el Centro de Patrimonio y la Escuela de Diseño, mostramos en la exposición «Artesanías de la Fundación Solidaridad, a 50 años del golpe de Estado en Chile», en una pequeña galería en el Edificio de Diseño de la Universidad Católica, justo en un espacio de alta circulación de jóvenes estudiantes que no vivieron la dictadura.

Se trata de 6 obras que cuentan una parte de la historia de nuestro país y evidencian la importancia de la artesanía como manifestación cultural y su rol social en los procesos históricos y la dignidad de las personas y los pueblos.

Una colección de miniaturas de herramientas hechas en hueso de la sopa, por diferentes presos en el Campo de Concentración de Puchuncaví, de quienes desconocemos sus nombres, sobrecoge por su perfección y detalle. En el libro «Dignidad hecha a mano», que en 2005 celebraba 30 años de la fundación (cuyos textos acompañan la exposición a la que nos referimos), se explica: «Desde el Campo de Prisioneros de Puchuncaví (1973-1976), comenzaron a llegar decenas de herramientas en miniaturas talladas en hueso, material que a veces les quedaba de la sopa. Simbolizaban en éstas lo que ellos añoraban: el trabajo.»

De Victoria Díaz se expone una arpillera con el mensaje «larga es tu ausencia y por toda la tierra pido conciencia», verso de la Cueca Sola, pieza musical escrita por Gala Torres, ya fallecida. Palabras bordadas en la obra que con retazos de tela muestra a una bailarina sin pareja, acompañada por sus compañeras: sobre el pecho, todas llevan una imagen del ausente. Al lado de la anterior, se encuentra la arpillera que Sara «Charito» Henríquez, bordó especialmente para la exposición, emulando otra que hizo hace varios años atrás, a fines de los ’80. En ella un grupo de mujeres sostiene el letrero «Bienvenida Democracia».

Junto estas y otras obras, encontrará el visitante recortes del extenso archivo de Winnie, que guarda notas de prensa, que en la época hablaban de las arpilleras como «tapetes subversivos» en diarios de circulación nacional, mientras en semanarios de otros países se titulaban reportajes sobre estas obras con la frase «bordar por la vida».

Como Artesanía UC, presentamos esta muestra desde la admiración que nos produce la iniciativa y las personas que la llevaron adelante con la finalidad de reflexionar en torno al rol de la artesanía durante la dictadura, como un discurso de dignificación y denuncia que se ha proyectado en el tiempo. Porque la historia la hacen los pueblos. Aunque a veces también la tallan, la bordan y la modelan.

La exposición puede se visitar hasta el 31 de diciembre en el Comendador 1916, Providencia. Entre 10:00 y 17:00 horas. //ELF

Publicado en: Columnas, Notas, Politica, Slider Etiquetado como: columna, Columnas, Vicaría de la Solidaridad

¿Y la prensa cuándo?: Las necesarias disculpas por su rol cómplice en la dictadura de Pinochet

septiembre 13, 2023 by Admin Istrador Deja un comentario

Por Nathalie Castillo

Diputada del PC

Hace 50 años, las Fuerzas Armadas y de Orden en complicidad con civiles y el financiamiento de la CIA, interrumpieron violentamente el gobierno de la Unidad Popular con Salvador Allende en la presidencia, a través de un Golpe de Estado y la consecuente dictadura de 17 años.

Esa historia es conocida pese a los vestigios discursivos de la derecha conservadora que intenta justificar el bombardeo a La Moneda y el atropello sistemático a los derechos fundamentales.

Pese a toda la información, datos y archivos que hemos conocido los últimos años sobre el Golpe, su gesta y desarrollo, lo que no es tan visible en el debate público es el cuestionable rol que asumió la prensa derechista en la desestabilización del proyecto popular y en la complicidad con las violaciones a los derechos humanos que en las sombras torturaba y desaparecía a militantes de izquierda, trabajadores, trabajadoras y campesinos.

Aquí la discusión puede diluirse en el amparo de la libertad de expresión que, por cierto, es un derecho fundamental para las sociedades democráticas. Pero cuando los militares asumen un gobierno de facto, sin elecciones democráticas y sin prensa opositora -al hallarse fuera de la ley- ¿Qué ocurre con ese derecho? ¿Qué discurso debieron asumir los medios de comunicación en ese contexto?

En retrospectiva, es posible establecer que existieron a lo menos dos caminos: aliarse al gobierno, con todo lo que ello implicaba desde el aspecto ideológico y político y económico, o bien cuestionar al poder autoritario haciendo un periodismo de resistencia desde la clandestinidad, con menos recursos y asumiendo los riesgos que implicaba luchar contra la dictadura desde la esfera de la comunicación y la contra información.

En la segunda opción la historia ha identificado la encomiable labor de diversos medios de comunicación como Revista Cauce, Fortín Mapocho, La Época, Análisis, APSI, Hoy y otros medios, que asumieron un rol activo en la recuperación de la democracia, informando desde los subterfugios de la legalidad dictatorial para hacer llegar a las familias chilenas la cruenta realidad del país e informar al mundo sobre lo que pasaba en estas lejanas tierras. Pero el papel asumido por El Mercurio, La Segunda, La Tercera, Las Últimas Noticias, TVN o Canal 13, ¿Ha sido suficientemente cuestionado? O incluso, yendo más allá: ¿Cuándo pedirán perdón por ser los sostenedores ideológicos de una dictadura que asesinó y desapareció a más de tres mil personas y torturó a otros miles?

Las dictaduras y los regímenes totalitarios utilizan a los medios de comunicación -los que no han sido cerrados por la fuerza, claro está- para propaganda y difundir el discurso oficial. Eso no es novedad, pero ¿No es tiempo de que los medios de comunicación -ante todos los montajes informativos comprobados- sean capaces de pedir perdón al país por haber incurrido en acciones opuestas a la ética periodística durante los años de la dictadura? Si los responsables y seguidores de la dictadura quieren “olvidar” lo ocurrido en esos 17 años, aludiendo que genera divisiones y odiosidades, ¿Por qué entonces la prensa no se disculpa con las familias chilenas para “cerrar” esa grieta que sigue presente porque no hay justicia ni acciones de reparación?

“Al Descubierto el Plan Z”, “”No hay tales desaparecidos”, “Seis miristas muertos en enfrentamiento”, “Exterminados como ratones”, “Estrangulan a hermosa joven”, “Destruiremos todo intento del marxismo”, “General Pinochet: El Mercurio, trinchera contra el totalitarismo”, el Operativo de Calle Rivadavia , la Matanza de Corpus Christi, el caso Conferencia, la tortura a Karin Eitel, son algunos de los titulares y casos donde la prensa nacional mintió sobre los hechos reales y ocultó información periodística pasando a llevar los principios de la ética y la verdad, avalando la mentira y los montajes.

A 50 años del Golpe de Estado que destruyó la vida de millones de chilenas y chilenos, se requiere una reflexión como país, pero también la exigencia de justicia y perdón. La dictadura militar se sostuvo por casi dos décadas porque, entre otros factores, la prensa omitió su compromiso con la información pública y la transparencia, acogiéndose a las mentiras y directrices de la DINACOS.

A medio siglo del fatídico 11 de septiembre de 1973, los medios de comunicación que avalaron la dictadura, esa misma prensa que fue directamente a Estados Unidos para hablar con Kissinger sobre cómo derrocar a Allende, ese mismo duopolio que sobrevivió por la ayuda monetaria de la dictadura, debe pedir perdón, como una ofrenda necesaria para que el Nunca Más no sea una simple consigna sino que una acción clara de compromiso con la democracia y la verdad. //ELF

Publicado en: Columnas, Notas, Politica, Slider Etiquetado como: columna, Columnas, dictadura, diputada PS, Nathalie Castillo

A 50 años del Golpe: La política en un mundo paralelo

septiembre 11, 2023 by Admin Istrador Deja un comentario

Por David Morales Nordetti

Exsecretario nacional del PDC

Viendo los distintos programas de televisión y los debates que se están dando a propósito de los 50 años del Golpe Militar, estaba reflexionando y quiero compartirlo para un debate entre nosotros.

Tengo la sensación de que la ciudadanía no está particularmente interesada en esta conmemoración y si damos por cierta esta afirmación quiere decir que la polarización que se comenta en todos los medios y conversaciones es más bien la polarización de las élites, una gran diferencia con septiembre de 1973 en que la polarización era de la sociedad chilena, en que incluso las posiciones encontradas al interior de una misma familia hacía que no se hablaran.

Lo decía el jueves pasado Genaro Arriagada en la presentación de la reedición de su libro “De la vía chilena a la vía insurreccional”: “En septiembre del 73 estábamos polarizados por ideologías enfrentadas, por un lado el socialismo y por otro el no socialismo. Hoy día estamos polarizados y lo peor es que no sabemos por qué”.

El Gobierno tomó una decisión política muy importante que fue transformar la conmemoración de los 50 años del Golpe en el hito político del año y probablemente de todo su periodo de Gobierno, decisión legítima, pero en mi opinión equivocada a la luz de los acontecimientos.

Si como Gobierno tomo esa decisión, debo realizar todas las acciones para que ese “hito” me catapulte como una autoridad de Estado y me muestre cómo un liderazgo convocante y de tal magnitud que transforme las críticas de los propios como las de la oposición en críticas mezquinas y que no están a la altura de lo que debe ser un actor político que pretenda ser relevante para el país.

Lamentablemente el Presidente Boric ha dejado pasar una gran oportunidad, porque ha estado lejos de hacer todos los esfuerzos necesarios para convocar y liderar ese necesario reencuentro.

Por su lado, la derecha chilena (en todas sus vertientes) también ha perdido una oportunidad de liberarse del lastre que significa la dictadura, la violación a los Derechos Humanos y la reinvindicación constante lo que los ha condenado a una inferioridad moral por al menos los últimos 30 años y se muestra en su gran mayoría como la misma fuerza política cavernaria con argumentos aberrantes y provocadores como si estuviéramos en los debates previos al plebiscito del 88. Es decir después de 35 años vuelven al mismo lugar.

Por último, y para los que hemos desarrollado posiciones desde la centro izquierda, estamos en una situación aún más grave, porque después de ser llamados durante muchísimo tiempo a ser grandes articuladores de los acuerdos, hoy estamos sumidos en la más absoluta intrascendencia, lo que ayuda a que falsos debates y falsas polarizaciones se tomen la agenda de la élite, mientras la ciudadanía transita por caminos muy distintos, como si la política viviera en un mundo paralelo y después en cada votación tratamos de buscar explicaciones de porque en esta elección arrasan las posiciones octubristas y en la siguiente las de la ultra derecha, ojalá que en las próximas elecciones seamos capaces de adelantarnos a lo que la ciudadanía está demandándonos y no sigamos buscando explicaciones a lo que ocurrió, porque sino nos habremos transformado en comentaristas de la política y no en sus protagonistas. //ELF

Publicado en: Columnas, Notas, Politica, Slider Etiquetado como: A 50 años del golpe de Estado, columna, Columnas, David Morales

  • Ir a la página 1
  • Ir a la página 2
  • Ir a la página 3
  • Páginas intermedias omitidas …
  • Ir a la página 94
  • Ir a la página siguiente »

Copyright © 2023 · Author Pro on Genesis Framework · WordPress · Acceder

Enviar WhatsApp