Por Eduardo Reveco
y Carmen María del Picó
Somos quienes nos quedamos, aquellos y aquellas que no renunciamos y que seguimos creyendo en la alternativa del humanismo cristiano para alcanzar el bien común. Ese bien común que nos habla de solidaridad, de colaboración, de ecología, de comunidad. Somos, por tanto, quienes, siguiendo el ejemplo, la huella y compromiso de nuestros padres fundadores, creemos en la palabra dignidad: dignidad de empleos y no sacrificios; dignidad de salarios y no miserias; dignidad de pensiones y no mendrugos; dignidad de salud y no bingos; dignidad de educación y no deudas, por lo tanto, creemos en un Estado social y democrático de derechos, continuando la senda del ideal cristiano.
Somos también quienes, en medio de una las crisis más profundas que ha tenido nuestro partido a lo largo de su historia, seguimos apostando por él y su vigencia. Seguimos creyendo en que solo la unidad, nos hará salir de este momento de cambios, con la mirada puesta en el fortalecimiento de los lazos y el cariño con quienes se han quedado y no en quienes decidieron partir.
Promovemos generar el máximo de acuerdos, posponiendo incluso legítimos intereses, a objeto de respetar y fortalecer nuestra institucionalidad y una conducción que nos proponga, no sólo sanar éticamente nuestro partido, sino también la práctica democrática a través de la renovación de todas nuestras estructuras orgánicas.
En el mismo sentido, es imperativo llevar a cabo el VI Congreso ideológico y prepararnos para la futura convención constituyente, donde no solo importarán los nombres propuestos, sino que también la plataforma a discutir.
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Para tales efectos, tenemos los mejores cuadros de constitucionalistas que sabrán entregar los contenidos de manera rigurosa y pertinente.
Estar por el partido significa también aclarar y transparentar los gastos incurridos por las directivas anteriores, incluidas las llamadas “ventas opacas” de parte de nuestra infraestructura material. Queremos, por tanto, sanear y ordenar nuestra casa para desde esta nueva cara, salir a recuperar las confianzas de muchos que se han quedado en sus hogares ante tanto desorden e incertidumbre. Solo de esta manera haremos frente a la situación de aislamiento del cariño y respeto de nuestros hermanos y hermanas.
Somos quienes buscamos liderazgos distintos a aquellos narcisistas, mesiánicos y cargados de egocentrismo, donde la humildad, la amistad cívica, la fraternidad y el respeto hacia el otro y sus cosmovisiones, han quedado olvidadas. Lo nuestro no son los proyectos personales, ni las imposiciones de caudillos. Somos un equipo que ofrece lealtad, manos limpias, humildad, transparencia y prácticas de construcción de partido con todos y todas, de manera horizontal e inclusiva. Queremos reponer estas prácticas que enaltecieron a la Democracia Cristiana.
Camaradas: En estas horas de crisis, debemos estar presentes. Invitamos a nuestros y nuestras camaradas a hacerse parte de este esfuerzo de reconstrucción partidaria. Ya el plebiscito quedó atrás y lo único que nos motiva, sobre todo a quienes votamos apruebo, es recuperar las confianzas y la fraternidad de aquellos camaradas que, en la soledad de la urna, lo hicieron por otra alternativa.
Queremos decirles que continuamos acá, que no renunciaremos y que seguiremos trabajando por nuestros sueños compartidos.
A este esfuerzo, noble y fraterno de reencuentro con nuestra alma profunda queremos invitarlos e invitarlas. //ELF
“Porque nadie es más grande que el Partido”
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