El exsenador, periodista, conductor de televisión y expresidente del Colegio de Periodistas, Alejandro Guillier, conversó En La Fontana para analizar actual panorama político, resaltando que el triunfo de la "derecha populista" ocurrido en últimas elecciones del 7-M, se debió a que sectores progresistas y el Gobierno han sido incapaces de responder a las necesidades de la población, voluble de elección en elección, guiada por "la emoción del momento, como un péndulo", indica el exparlamentario.
La clave para que Chile "salga del pantano" -dice- es otorgar poder las regiones, gobernaciones, a los municipios, con procesos participativos vinculanes de la ciudadanía, en la toma de deciones, por lo que, a su jucio, una nueva Constitución no es relevante, sino que se requiere representar mejor a la diversidad social del país, potenciando el "poder de la comunidad" desde los territorios, acabando con el centralismo imperante en Chile.
Alejado de la política -por ahora- actualmente, Guillier se encuentra armando la Fundación por la Igualdad de Oportunidades Chile, con amigos y colaboradores. "La fundación la estamos armando con un grupo de amigos, todos de tendencia progresista, de distintos partidos, que pensamos que el diagnóstico, es que la desigualdad y abuso hay que resolverlos", dice en nuestro medio.
-¿Cómo el explica el triunfo contundente de republicanos y la derecha en elecciones del 7-M?
-Cuando el progresismo abandona a su suerte a los perdedores de la globalización del cambio, se produce un vacío, que siempre aprovechan los populismos. En este caso, la paradoja democrática en Chile y en muchas partes, es que ante la ausencia de un progresismo, es la derecha populista, la que ocupa ese espacio, denunciando los abusos y desigualdad de la globalización. Por consiguiente, la crítica no es que el péndulo se maneja solo, sino que son las propias acciones políticas, de los actores tradicionales la que explica, que se está perdiendo el control de la situación, pero aún no se dan cuenta.
-¿La centroizquierda, prácticamente, desapareció tras elecciones del 7-M?
-En los tiempos líquidos que vivimos, nadie desaparece ni nadie aparece. Esto, que llaman el péndulo no tiene un punto fijo. Ni está estabilizado. Hoy, gana la extrema izquierda, mañana la extrema derecha. Por tanto, esto no está respondiendo a ninguna dirección permanente. Triunfa el que representa la emoción del momento, la palabra precisa para responder a la angustia del ciudadano. Y el bombardeo de los medios electrónicos, que tambien generan un clima, que hace que el voto esté determinado por aspecto emocional del momento. Y hoy, fue el turno de la derecha populista. En un mes más, o seis meses más, el electorado puede ir en una dirección diferente. Siempre va a ser ante la ausencia de gobernabilidad consistente de largo plazo, y la emoción del momento, que determina el voto masivo.
-¿Qué espera del proceso constituyente en curso?, ¿Se podrán garantizar derechos sociales fundamentales con la mayoría republicana de consejeros?
-Lo importante en Chile, no es la nueva Constitución. Cuando la gente salió a protestar a la calle fue contra el abuso y la desigualdad. La clase política dijo que la salida era una nueva Constitución. Y fue la propia clase política que se dio cuenta que cuando el primer proceso se fue desgastando y alargando, intentó controlarlo, y desactivó la parte democrática de la asamblea, y en segundo lugar, la paradoja es que la sociedad chilena ya cambió. Se expresó en el proceso constituyente. Está claro, que los conceptos que hoy identifican a Chile es la inclusividad, paridad de género, descentralización del poder, participación ciudadana, reconocimiento de la diversidad, respeto a la identidad de las personas, esa es la sociedad chilena de hoy, que ya cambió.
-¿Cómo se resuelve el tema de las Isapres?
-Las Isapres se cayeron solas. Se viene diciendo hace rato eso. Esto, no fue una decisión política, el sistema en sí es inviable. Hoy, no es sontenible que una Isapre diga que un plan no cubre la enfermedad crónica de un niño, por tanto, esa persona se muere porque no hay protección ni su familia tiene los recursos para costear eso. Eso es inaceptable. Se instaló que la salud es un derecho. Y, por tanto, hay que estructurar un sistema, que reconozca los derechos ciudadanos y al que concurran lo público y lo privado, porque ellos hacen inversión e innovación y es necesario, pero el eje no es la demanda ni la oferta es nacesidad de la gente, porque la salud es un derecho.
-¿Tiene en mente presentarse a otra candidatura de elección popular o se aleja definitivamente de la política?
-La palabra definitiva, no existe ni en el lenguaje popular ni en la política. Hoy, estoy trabajando con un grupo importante de amigos de distintas ideas políticas y tendencias, en ayudar a superar las barreras que hacen de Chile un país injusto y desigual. Esos son los dramas. Es una contribución que la estimo valiosa, que se hace en los territorios, y va a contribuir a que los chilenos, que hoy están exluidos, puedan sentarse también en la mesa a participar. Es una ayuda, estamos muy entusiasmados con nuestra fundación por la igualdad de oportunidades.
-¿De qué se trata la fundación que está creando?
-La fundación la estamos armando con un grupo de amigos, todos de tendencia progresista, de distintos partidos, que pensamos que el diagnóstico, es que la desigualdad y abuso hay que resolverlos. Por tanto, lo que el Estado tiene que hacer y los partidos, las ONGs, etc., es estrechar las brechas, por ejemplo, la digital, entre jóvenes que tienen acceso a lo digital y a los que no, que no se deje atrás a trabajadores menos capacitados. Hay que ayudar a crear capacidades y competencias, generando las oporunidades de forma equitativa. A eso, apunto con nuestra fundación.
-Por último, ¿Ve con optimismo o pesimismo el futuro próximo de Chile por gestión del actual Gobierno y arribo posiblemente de la derecha en próximo periodo presidencial?
-Los problemas que tenemos en Chile son agudos, pero también se pueden resolver. Cuando tienes brechas, tienes oportunidades de corregirlas para ganar adeptos. La clave es la descentralización del poder. Eso, se llama regionalización, crear poder en las regiones, en las comunas y en el Estado nacional, acercando el Estado a los ciudadanos. Que la toma de decisiones se haga en el territorio con participación de todos los actores, públicos y privados, económicos y sociales, y que por lo mismo, se haga con resolución de carácter municipal. Si nosotros democratizamos la sociedad, ella sola se dará cuenta que la fluidez de la política y del desencanto imperante, no se revierte con populismo. Hay que hacer la pega a nivel regional y así empezaremos a salir del pantano, en el que nos encontramos en Chile. //ELF
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